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Chucho Reyes, espacio y color.

  • Foto del escritor: MexArt Team
    MexArt Team
  • 27 ene 2021
  • 4 Min. de lectura


José de Jesús Benjamín Buenaventura de los Reyes y Ferreira, Chucho Reyes, nació en Guadalajara, Jalisco, en 1880.


Parte de la generación de artistas de la ruptura, es uno de los grandes nombres del arte en México del siglo XX y, a la par, poco reconocido si se toman en cuenta sus invaluables aportes a los diversos movimientos contemporáneos, cuyo impacto rebasó artes, técnicas y fronteras.



Su particularidad, su mundo.


Chucho Reyes tenía alma de anticuario, a través de los años, de sus viajes, y amistades, fue construyendo una colección impresionante de antigüedades, arte objeto, y piezas de uso diario con trazas culturales a muy diversos países.


En su casa de la colonia Juárez, en la Ciudad de México, dispuso de cuartos enteros dedicados al almacenaje y exhibición de sus colecciones, conjuntando piezas de artesanos populares con trabajos de profesionales consolidados, de México y el mundo entero. Cuenta el coleccionista Rodrigo Rivero Lake que, en algún momento, los muebles llenos de sus colecciones terminaron por vencer el piso de las habitaciones, y fue necesaria una remodelación para continuar albergándolas.


Como creador artístico, su originalidad llegaba hasta a sus materiales. Él mismo preparaba todos los pigmentos que usaba para sus pinturas y piezas homenaje al arte popular, conjuntando el uso de anilinas, pintura sobre papel de china, con formas diluidas y colores en extremo vivos, muy mexicanos.



Su influencia en la esfera artística.


Chucho Reyes era un teórico, es decir, las influencias se creaban de él y fluían hacia fuera. Estableció tendencias, marcó líneas creativas, casi sin buscarlo; muchos de los más grandes nombres de las bellas artes tienen una liga directa con Reyes.


Su casa fue un centro de reunión, faro de cultura, e incluso, refugió del liberalismo, para el arte contemporáneo mexicano.




Con Orozco comparte el trazo expresionista, y con Posada, estableció una relación cercana a través del calaverismo, elemento clave del arte nacional, y con raíces en el mundo prehispánico.


El tema de la muerte su objeto de estudio profundo, incluso, en etapas de su vida, Reyes trabajó maquillando y amartajando muertos, e incluso, llevaba a cabo los ritos espirituales correspondientes.





Colaboró con Siqueiros en el proyecto del Poliforum que lleva su nombre, en la Ciudad de México. Es durante esta época que Jackson Pollock, también colaborador de Siqueiros, pasaba todos los fines de semana en casa de Reyes.


Pollock sentía profunda admiración por Reyes, con él, trabajaba la exploración de los colores. Gustaba de estudiar en qué estaba trabajando Reyes, existió una influencia mutua, un intercambio artístico muy interesante.


















Una anécdota muy peculiar corresponde al primer encuentro entre Chucho Reyes y Marc Chagall. El francés quedó impresionado por el uso del color que hacía el mexicano, muy cercano a su propia práctica artística.


Chagall, después de analizar su obra, le dijo a Reyes "Usted es el Chagall mexicano", a lo que Reyes respondió "No, no, usted es el Chucho Reyes de Francia". Ambos mantuvieron una relación amistosa por años.


"Usted es el Chagall mexicano".- Marc Chagall

Uno de los grandes admiradores y amigos cercanos de Reyes fue Octavio Paz, quien llevó parte de su obra para compartirla entre los círculos europeos.


Pablo Picasso recibió algunos trabajos de Reyes de manos de Octavio Paz mismo, y más allá de gustarle, le vaticinó éxito en el mundo del arte, y consideró que su propuesta era en extremo vital, fresca, joven, con su combinación de colores intensos. Se sorprendió al saber que Reyes no era un joven artista emergente, sino un hombre de mayor edad que él.



Su legado en la arquitectura.


El legado de Chucho Reyes se sintió con fuerza también en la arquitectura contemporánea. Cercano a grandes nombres también de este ámbito, Mathias Goeritz fue de los más fuertes defensores de la obra e influencia de Reyes, quien le asesoró en estudios de gama cromática para obras como las Torres de Satélite.



Luis Barragán, por su parte, refiere que Reyes fue su auténtico maestro en el mexicanismo del color. El arquitecto fue el primer Latinoamericano, y es a la fecha, el único mexicano que ha ganado el Premio Prtizker. Cuando recibió el galardón, denominado "el Nobel de la arquitectura", Barragán expresamente dijo que todo se lo debía a Chucho Reyes, por sus conceptos de espacio y color.


Su influencia se siente con fuerza en la creación de espacios museísticos, y de desarrollo de urbanizaciones como el Pedregal de San Ángel, desarrollado también por Barragán.



"Resguardar" a Chucho


Chucho Reyes expuso en museos y galerías de México, Estados Unidos y Europa, de manera póstuma, se le han dedicado diversas exposiciones en los máximos recintos, varias de ellas en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, una de ellas, ocupando el palacio por completo.


Hay también esfuerzos públicos y privados enormes por preservar y divulgar su obra, resaltando en particular el que a la fecha se lleva a cabo en Tequila, Jalisco. Y aún así, parece poco, para uno de los mexicanos más influyentes en el arte del siglo XX, de quien hasta la fecha, podemos palpar y sentir su obra en espacios, colores e identidad.


Chucho Reyes encarnó como pocos, y será siempre un sinónimo de espacio, luz, y el color más mexicano.



 

Créditos fotográficos:

- Getty Images

- Instituto Nacional de Bellas Artes

- Exposición: "La fiesta del color". INBA (2018).

- Secretaría de Cultura

 
 
 

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